Hablamos de emociones y sentimientos de igual forma muchas veces. Sin embargo, no son lo mismo y aquí está la clave de la gestión emocional.

Las emociones son funciones biológicas de nuestro cerebro que aparecen para ayudarnos a reaccionar a lo que estamos viviendo y sobrevivirlo. Es decir, que tiene una función adaptativa al medio. Las emociones básicas son aquellas que tenemos todos los seres humanos con un cerebro sano, independientemente de nuestro sexo, raza o edad. Se dicen que son 6: alegría, tristeza, enfado, miedo, asco y sorpresa.

A su vez, podemos hablar de emociones primarias: aquella emoción que es la primera que siento ante un evento. Por ejemplo, un compañero de trabajo actúa conmigo de manera injusta y me enfado.

Las emociones secundarias, son aquellas emociones que aparecen después de la primaria, y que pueden enmascarar a esta primera  emoción. Siguiendo con el ejemplo anterior, tras el enfado, aparece el miedo de defenderme por si salgo mal parado.

Y también encontramos las llamadas emociones instrumentales, aquellas emociones que utilizamos para conseguir algo de otra persona. Por ejemplo, mostramos nuestra tristeza para que nuestro jefe sea más permisivo con nosotros en un determinado momento. Estas emociones, bien utilizadas, pueden formar parte de las habilidades sociales. Sin embargo, mal usadas pueden pasar a ser un chantaje emocional que es muy perjudicial para nuestra vida social.

Por lo tanto, podemos decir que las emociones son:

  • naturales, todos las sentimos en un cerebro sano
  • adaptativas, nos ayudan a reaccionar y sobrevivir en nuestro entorno
  • sociales, forman parte de nuestra comunicación

Los sentimientos son la unión de emoción+pensamiento. Un sentimiento de injusticia aparece cuando sentimos enfado y a la vez, pensamos: esto no es justo, no debería de ser así, hay que poner remedio. Los sentimientos son más prolongados en el tiempo que las emociones, y se alimentan de nuestros pensamientos, seamos o no conscientes de qué pensamientos generan nuestros sentimientos. Mientras que las emociones aparecen para ayudarnos a adaptarnos al medio, no todos los sentimientos son adaptativos, muchos de ellos son disfuncionales, es decir, nos prejudica mucho más sentirlos que el hecho de no sentirlos. Estos son por ejemplo, la ansiedad, la culpa, el victimismo…

Estos pensamientos que acompañan a nuestras emociones son característicos de cada persona. Están influenciados por lo que aprendimos de niño, por nuestras experiencias pasadas, por lo que hemos adquirido de nuestra sociedad, del cole al que fuimos, de los profesores, padres y amigos que tuvimos y tenemos… por eso, ante un mismo evento, dos personas pueden sentirse de manera muy distinta y actuar, por lo tanto, de formas diferentes, porque sus pensamientos son distintos. Ante un despido, por ejemplo, una persona puede sentirse desolado y otra persona puede sentir rabia, o bien, una tercera persona podría sentir alivio o motivación para buscar algo mejor… la diferencia está en esos pensamientos rápidos que pasan por nuestra mente. La  buena noticia es que, detectando esos pensamientos y aprendiendo a cambiarlos creando nuevos patrones de pensamiento, puedes cambiar tus sentimientos y tu actitud en la vida. Y ya sabes, que la actitud ejerce una gran influencia en tus resultados y logros.

La clave de la gestión emocional comienza por saber reconocer aquello que sentimos, tanto si es emoción pura como si es sentimiento, reconocer la función positiva de las emociones, reconocer los pensamientos que acompañan a las emociones, y distinguir sentimientos constructivos de os que son disfuncionales para dar una gestión diferente a cada uno. Por eso, el desarrollo de la inteligencia emocional comienza por trabajar la primera competencia: La Conciencia Emocional, es decir, el ser capaz de reconocer en mí lo que siento, a qué conducta me lleva, qué pensamientos estoy teniendo para sentirme así y si estos sentimientos me ayudan o me perjudican. Si quieres saber más sobre cómo desarrollar la conciencia emocional y acceder a ejercicios prácticos, realiza el curso gratuito en el enlace: www.etie.es/gratis

NOTA: en ciertas teorías se habla de emociones cognitivas cuando se refieren a sentimientos. Por este motivo, muchas veces leerás emociones refiriéndose a sentimientos y emociones. De una forma genérica.

Si te ha gustado este artículo y quieres recibir más información sobre Inteligencia Emocional y Liderazgo puedes suscribirte al blog ETIE en: www.etie.es/formulario-de-suscripcion/

Un abrazo,

Irene Ruiz

 

TÚ ERES TU MEJOR RECURSO ANTE LOS RETOS DE LA VIDA