Quedan unos pocos días para cerrar este año y comenzar uno nuevo. El cerebro vive este cambio de manera muy positiva ya que considera que puede venir con grandes oportunidades y este pensamiento te hace sentir esperanza. Te sientes capaz de empezar proyectos, de intentar de nuevo ese objetivo que sigues persiguiendo, vuelves a confiar en ti y en tus posibilidades.
La realidad es que esta esperanza que sentimos la podemos sentir el resto del año si mantenemos en nuestra mente estos pensamientos de capacidad y posibilidad. Sin embargo, muchas veces te has marcado objetivos al inicio de año y al cabo de unas semanas sientes que no tienes la motivación necesaria para mantener el esfuerzo necesario que te llevará hasta tus metas. Y es que, además de creer en que podemos y somos capaces de conseguir nuestros objetivos necesitamos otro ingrediente emocional que mantenga viva la motivación el tiempo necesario…
Esa emoción que activa la motivación es la ILUSIÓN.
Cuando los objetivos marcados los eliges porque “es lo que se espera de mí a esta edad”, “se supone que con esto seré feliz según… (la sociedad, mis padres, mi entorno…)”, “así me valorará más mi jefe”…. es decir, cuando has elegido objetivos por motivos externos a ti y no desde qué quieres tú realmente, entonces la motivación dura un tiempo y puede acabar siendo un objetivo agobiante y difícil de conseguir… es como un peso con el que cargas hasta que lo consigues o lo abandonas. ¿Te suena esta sensación?
Sin embargo, cuando tus metas nacen de ti, de tus necesidades reales, entonces la motivación se mantiene mientras mantengas la ilusión en conseguir ese objetivo.
Pero… ¿Qué te hace ilusión? ¿Qué quieres conseguir realmente?
CÓMO ENCONTRAR TU ILUSIÓN
Con el tiempo, al ir creciendo, hemos perdido de vista quienes somos y qué queremos. Nos hemos acostumbrado a vivir cumpliendo estándares sociales, deprisa, sin tiempo de analizar si lo que hacemos cada día es lo que queremos. Y esto nos lleva a un punto en el que no sabemos qué queremos y nos parece bien hacer lo que “se supone nos hace normales, buena gente, nos da seguridad y felicidad”. Puedo estar de acuerdo en que lo que haces te da seguridad, pero ¿te hace feliz? Esto es otro cantar. Por esto, puede que ahora mismo no sepas qué quieres realmente de manera auténtica, desde ti. Lo que te lleva a objetivos con falta de ilusión, y esto a su vez te lleva a la falta de motivación en cierto tiempo.
Este año te propongo hacer un ejercicio de cierre de año y apertura del nuevo año. Con el cierre del año aprenderás de ti, de tu experiencia y te fortalecerás de ello de cara al nuevo año. Con la apertura de año podrás elegir objetivos adecuados a ti, marcados por la ilusión de lo que tu realmente quieres y necesitas.
EJERCICIO DE REFLEXIÓN PARA MARCARTE OBJETIVOS
Para ello, te he preparado 3 fichas que encuetras en este mail. El orden será:
1. Realizar la ficha: CERRANDO AÑO. En la que aprenderás y te fortalecerás de cara al siguiente año.
CERRANDO AÑO
2. A continuación, encuentras la ficha: ENCENDIENDO MI ILUSIÓN. Con la que recordarás o descubrirás aquello que te ilusiona y te importa, tus prioridades y tus necesidades verdaderas.
ENCENDIENDO MI ILUSIÓN
3. Con toda esta información en mente, realizarías la ficha 3: ABRIENDO AÑO. De manera que te enfocarás con una actitud llena de autenticidad y serás capaz de elegir objetivos que te ilusionen. Tus verdaderos objetivos.
ABRIENDO AÑO
Así que, prepárate un café o una infusión. Busca un lugar y un ratito para ti. Toma papel y boli. Y dedica unos minutos a activar tu neocortex prefrontal con el que planificar un nuevo año 2020 lleno de éxitos y bienestar.
Un abrazo,
Irene Ruiz.
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