Gestionar tus emociones no es tarea fácil, pero sí posible. Y además, tiene grandes beneficios para tu bienestar y tus relaciones profesionales. Hoy quiero ayudarte a que des el primer paso. Y quiero ponértelo fácil. Ya sabes, que un elefante se como bocado a bocado. Así que aquí te traigo los 4 primeros pasos básicos para comenzar a vivir las emociones de forma saludable.

  1. CONOCER LA FUNCIÓN DE LAS EMOCIONES: todas las emociones tienen el fin biológico de ayudarnos a reaccionar a nuestro entorno para poder sobrevivirlo. Si vemos un pequeño fuego en la tostadora, nuestro cerebro genera la señal de alerta a través del miedo que nos mueve de manera muy rápida a hacer algo por apagarlo o a huir. Si vemos una situación que nos parece injusta, el cerebro nos hace sentir enfado para pasar a la acción de defender lo que creemos es justo y re establecer el orden. Por tanto, las emociones nos sirven para adaptarnos al medio y reaccionar rápido. Este es el motivo por el que debemos aprender a reconocerlas y gestionarlas, y no a negarlas, rechazarlas o reprimirlas.
  2. DEJAR DE JUZGAR LAS EMOCIONES  Y RECONOCERLAS EN TI: las emociones no son buenas ni malas, sino que todas ellas te pueden servir de manera constructiva. Es cierto que unas te hacen sentir de manera agradable, como la alegría, la ilusión o la esperanza; mientras que otras te hacen sentir alterado, acelerado y con gran malestar físico. Pero ambos tipos de emociones traen un mensaje consigo que te ayuda a afrontar lo que estás viviendo. Pero lo que pasa es que socialmente las emociones están muy mal vistas. Desde niños hemos escuchado frases del tipo: eso no da miedo! Si te enfadas tienes un problema que es desenfadarte; si lloras te pones feo; venga, no pasa nada, a tirar para alante ya mismo! Y este tipo de frases no dan permiso a sentir libremente la emoción haciéndote creer que las emociones son de débiles o son inadecuadas. Pero la realidad es que están ahí porque son una función biológica de tu cerebro y todo cerebro sano genera emociones todos los días. El problema de negar o rechazar algo es que no puedes gestionarlo. Por lo que hay que comenzar por no juzgarlas como buenas ni malas y aceptar que son necesarias como el hambre o el sueño. Aprender a reconocer las emociones cuando aparecen en ti es la puerta de entrada para tomar el control. Una manera fácil es centrándote en las sensaciones de tu cuerpo. El cuerpo ye hace sentir a la emoción, pon atención en tu cuerpo y las reconocerás rápidamente.
  3. PONER NOMBRE A LA EMOCIÓN: este puede parecer un paso sencillo. Sin embargo, sentimos tantas emociones a la vez, existen emociones primarias, secundarias, instrumentales, estados de ánimos, sentimientos… que puede resultarnos difícil reconocer todo aquello que siento y ponerle nombre. Para hacerlo fácil al principio, lo mejor es intentar reconocer las emociones básicas, como el enfado, el miedo, la tristeza o la alegría. Poco a poco, irás dándote cuenta de que estas emociones se unen entre sí y a pensamientos, dando dan lugar a otras como  la frustración, la esperanza, la desilusión… conforme vayas adquiriendo mayor capacidad de reconocer tus emociones básicas, irás adquiriendo mayor capacidad para reconocer el resto de tus emociones.
  4. DEJAR IR A LA EMOCIÓN: Una  vez que reconozcas la emoción nómbrala y déjala ir. Cuando comencé mi entrenamiento de gestión emocional me dediqué bastante tiempo a poner atención en a emociones cuando las sentía y a nombrarlas. Así, sería capaz de comenzar a gestionarlas según la emoción que sientiese. Y me dí cuenta de que muchas emociones, al reconocerlas sin juicio y nombrarlas, se desvanecían más rápido. Y es que, hay que aprender a no apegarse a la emoción. Una emoción sana aparece cuando la necesitas y se desvanece una vez que ya ha desparecido aquello que te la ha provocado. Pero muchas veces nos apegamos a la emoción, la seguimos alimentando y se queda contigo más tiempo del necesario. Solo nómbrala, y déjala ir. No te apegues a ella. Así es como le damos espacio a la emoción pero la vives de manera sana. Porque recuerda, tú no eres tus emociones. Tus emociones van y vienen, y tú las vives y las gestionas, pero no te conviertes en ellas.

Estos son los 4 pasos básicos que necesitas practicar para poder pasar a aprender a gestionar tus emociones y a tomar el control de tus conductas. Y no solo esto, sino que podrás aprender a generar emociones agradables como mantener la calma o una actitud serena, cuando lo necesites.

Espero que te sea útil esta info 😉

 

Un abrazo y hasta la semana que viene!

Irene Ruiz.

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