Todos los días pasan por nuestra mente pensamientos positivos y pensamientos negativos. Cada pensamiento influye en nosotros de manera que determina nuestras emociones y nuestras conductas. Por lo que tienen una gran influencia en nuestros resultados. Aquello que conseguimos o no conseguimos, lo que disfrutamos o no, lo que nos duele o no… todo viene determinado por nuestros pensamientos.
Muchas veces nuestros pensamientos son rápidos y pasan a nivel subconsciente. Sin embargo, la influencia en nuestra vida la tienen tanto si somos conscientes de ellos como si no. Si no te gusta lo que estás consiguiendo ahora en tu vida, una forma de comenzar a analizar el motivo es preguntarte: ¿Qué pensamientos son los que pasan por mi mente cada día?
Nuestros éxitos en la vida dependen en gran parte de los pensamientos que tenemos.
Además, ocurre que muchos de nuestros pensamientos no son nuestros, son heredados o aprendidos y de tanto escucharlos se han quedado en nuestra mente influyéndonos. O sea, que puedo estar pasándolo mal, enfadándome constantemente, bloqueándome, etc… por un pensamiento que activa en mí esa reacción y sin embrago, que no ha sido elegido por mí conscientemente, sino que se ha grabado en mi mente de tanto escucharlo, verlo, etc. Por eso, atentos a los mensajes que envían las películas que vemos, las canciones que escuchamos, los libros que leemos, las personas de las que me rodeo… porque estos mensajes se pueden grabar en mi mente en modo de pensamientos y marcar mis conductas. De igual forma, es importante analizar los mensajes que les llegan a los niños y adolescentes a través de los medios, las RRSS, etc.
CÓMO CAMBIAR LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS
De ahí la importancia de reconocer nuestros pensamientos y controlar los negativos para ganar control sobre nuestros estados de ánimos y nuestros resultados en la vida. Aquí tenéis claves prácticas para que comencéis a controlar esos pensamientos negativos que os perjudican y empecéis a mejorar vuestros resultados.
En primer lugar, céntrate en lo que sientes y ponle nombre: rabia, tristeza, apatía, desilusión…
A continuación, pregúntate: ¿Qué pensamientos me hacen sentir esta emoción? ¿Qué estoy pensando de mí o del mundo o de la otra persona que me llevan a este sentimiento? Mucho mejor si lo escribes, la escritura te ayuda a detectar esos pensamientos de una forma más clara.
Una vez que conoces esos pensamientos rétalos. Pregúntate:
- ¿esto que pienso es real? ¿pasa siempre o hay excepciones? ¿qué excepciones hay?
- ¿este pensamiento es mío o lo ha prendido de mi familia, mi trabajo, mi sociedad? ¿me sirve para solucionar o solo me inquieta? ¿lo quiero mantener o quiero cambiarlo?
Por último, imagina que todo esto le está ocurriendo a un buen amigo. Y tú quieres conseguir que supere ese malestar y siga adelante. ¿Qué le dirías? ¿Qué le aconsejarías que pensase para ganar paz mental?
TU MENTE NO ES UN VERTEDERO PARA DEJAR ENTRAR CUALQUIER PENSAMIENTO O IDEA
Es importante que tengamos presente que nuestra mente no es un vertedero al que dejar caer cualquier pensamiento o idea. Sino que debemos elegir aquello que permitimos que se quede en nosotros y crear un ambiente mental higiénico y acogedor, con ideas y pensamientos potenciadores de bienestar, resiliencia y seguridad en uno mismo.
Te invito a que localices tus pensamientos negativos y los retes tal y como hemos visto. Verás cómo aumenta tu bienestar cuando eliminas de tu mente lo que no es constructivo.
Lo que haces es un reflejo de lo que piensas. La realidad es un espejo de tu mundo interior.
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¡Gracias por estar ahí! ¡Y enhorabuena por elegir el camino del crecimiento!
TÚ ERES TU MEJOR RECURSO ANTE LOS RETOS DE LA VIDA. Un abrazo! 🙂
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