Cómo parar el pensamiento excesivo como propietario de negocio y líder

Si alguna vez te has sentido atrapado en el laberinto de tus pensamientos, analizando cada decisión hasta el más mínimo detalle, recuerda que no estás solo. Una gran parte de adultos se encuentran en esa misma situación, enredados en la maraña del pensamiento excesivo.

Es como si tu mente se convirtiera en una rueda que gira sin cesar, repasando una y otra vez todos los posibles escenarios, dejándote atrapado en un mismo lugar sin avanzar. Este ciclo mental puede resultar agotador, robándote la oportunidad de tomar decisiones y aprovechar las oportunidades que se presentan.

Sin embargo, aquellos empresarios que logran un desempeño excepcional optan por un enfoque diferente. Logran escapar de la trampa del pensamiento excesivo y toman acciones alineadas con sus metas y aspiraciones. Son capaces de filtrar el ruido mental y aprovechar el momento, destacándose tanto en su carrera como en su vida.

Es momento de romper con este ciclo de sobreanálisis y comenzar a tomar medidas para sacar lo mejor de ti mismo. La voz en tu cabeza juega un papel crucial en cómo te presentas ante el mundo; puede llevarte a un remolino de dudas interminables o allanar el camino hacia la acción y el éxito.

Las historias que te cuentas a ti mismo pueden erigir muros invisibles o impulsarte hacia adelante. La elección es tuya.

Puedes optar por lo seguro, dejando que el sobreanálisis actúe como una red de seguridad que pretende evitar errores o movimientos apresurados.

O puedes decidir jugar inteligentemente, reconociendo lo que está fuera de tu control, concentrándote en lo que puedes manejar y abordando los problemas de frente de manera proactiva.

A medida que avanzas en tu camino como CEO, la acción rápida y decisiva se convierte en esencial. Los mejores entre los mejores no pierden tiempo en dudas; tienen un enfoque claro, toman decisiones con confianza y siguen avanzando. Esa es la clave.

Tres estrategias básicas para superar el pensamiento excesivo

1. Identifique tus factores desencadenantes

Eliminar el pensamiento excesivo comienza con un poco de trabajo de detective sobre uno mismo, donde el primer caso a resolver es identificar qué desencadena tu espiral mental.

Las personas con un desempeño óptimo reconocen que, al identificar estos factores desencadenantes, comienzan a ganar poder sobre ellos, dándole la vuelta al pensamiento excesivo incluso antes de que comience.

 

2. Replantear los pensamientos negativos

Profundizando en la batalla contra el pensamiento excesivo, el siguiente paso crucial es dominar el arte de replantear los pensamientos negativos para convertirlos en pensamientos empoderadores.

Re-enmarcar no se trata de pegar una pegatina feliz a cada tema; ni de negar tus pensamientos negativos como si no existiesen… se trata de cambiar tu perspectiva para ver los desafíos como oportunidades y los errores como lecciones.

Este cambio no ocurre de la noche a la mañana.

Se necesita práctica y perseverancia para cambiar la configuración predeterminada de su paisaje mental de la duda y el miedo a la confianza y la acción.

Tips para hacerlo:

> pregúntate ¿Este pensamiento es verdad? ¿Cuánto de verdad tiene?

> ¿Qué hechos hay que contradigan a este pensamiento? Encuentra al menos dos

> Visualiza el resultado que deseas y los beneficios que te aportará conseguirlo, trabaja con tu foco de atención para que te ayude a ver la cara de la moneda positiva y constructiva (y no sólo la destructiva de la que te habla tu vocecita interna)

 

3. Busca el punto medio de pensamiento

Los propietarios de negocio con mayor desempeño como CEO entienden que se trata de encontrar el equilibrio entre la reflexión necesaria para tomar una decisión y la acción. Es decir, diferenciar entre ser estratégico al pensar en decisiones y perderte en la rumiación de la mente, zona que no es productiva.

Tips para hacerlo:

> Reserva un tiempo para analizar un tema concreta y dedica ese tiempo a ello. Enseña a tu mente a centrarse en algo cuando toca y no en cualquier momento.

> Lleva datos que te puedan ayudar al análisis que vas a realizar.

> Cuando pienses en el riesgo de equivocarte hazlo desde el enfoque de cómo lo gestionarías y cómo prepararte para ello.

> Piensa también en el riesgo de no hacer nada, y cómo podría impactar a tus resultados u objetivos, sean profesionales o personales.

> Detalla qué ocurrirá si todo sale como esperas, cuál será el beneficio.

De esta manera puedes crear un plan de acción en el que te has preparado para el riesgo y has activado tu motivación al poner el foco en el beneficio.

¿Cómo superarás el pensamiento excesivo?

Empieza esta semana a aplicar los tips que encuentras aquí y comienza ya a generar un nuevo hábito de pensamiento saludable y constructivo.

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Irene Ruiz