Desde que aprendimos a hablar mantenemos una incesante conversación con nosotros mismos. El cerebro utiliza la palabra para contarnos historias y relatos a nosotros mismos mediante un mecanismo mental que es automático. Aunque seamos conscientes de nuestra narración interna, no la controlamos. Se da sin que elijamos que así sea. Por lo tanto, contarnos cosas es una acción involuntaria como el parpadeo de los ojos. El cerebro no puede dejar de contar relatos debido a que es un mecanismo a través del cual entendemos y percibimos el mundo.
El relato mental constante es un mecanismo del cerebro mediante el cual percibimos y entendemos el mundo.
Estamos preparados para hacer un relato de todo. Salimos a la calle y pensamos “hace más frío que ayer”; entramos a una tienda y nos decimos “esta temporada la ropa es más alegre”; entramos a casa y nos contamos “menos mal que ahora puedo dedicar un rato a descansar antes de hacer la cena”. Pero, ¿cuál es la función del relato mental ? El relato mental no tiene como función representar a la realidad de la manera más fiable posible sino darle sentido a lo vivido.
El relato mental tiene como función darle sentido a lo vivido.
El psicólogo Jerome Bruner dice que dar sentido consiste en integrar lo que ocurre en función de nuestras situaciones presentes y pasadas, nuestras motivaciones y deseos, y del contexto en que tiene lugar lo ocurrido. Por lo tanto, el relato interno se ha convertido en la forma en la que construimos la realidad que vivimos. Así, los relatos nos acompañan desde pequeños estructurando nuestros aprendizajes necesarios para vivir en este mundo con nosotros mismos y en sociedad. Por ello, los relatos que nos contamos siempre están repletos de nosotros mismos. De nuestras experiencias vividas, opiniones adoptadas, creencias arraigadas… cada persona, ante un mismo evento se cuenta su propio relato y en función de este, siente y actúa de una manera determinada. Y no es más verdad un relato que otro, sino que para cada uno, su relato interno es su verdad actuando en consecuencia a lo que se dice a sí mismo. Es decir, que no construimos nuestro relato a partir de los hechos objetivos sino de aquella historia propia que nos permite dar sentido a lo que vivimos de una manera razonable para nosotros. El cerebro maneja la información de dos formas: los datos y hechos objetivos como que en esta habitación hay 4 sillas dispuestas al rededor de una mesa de madera y hay 3 cuadros; y la interpretación de esos hechos objetivos como que es un salón acojedor diseñado por una persona con buen gusto a la que le gusta estar en casa, esta es la historia que me cuento al ver esas sillas, mesa y cuadros.
En ocasiones, estos relatos son adaptativos para nosotros. Nos permiten entender la realidad de manera que nos adaptamos a ella y construímos en ella. Pero otras veces, estos relatos distorsionan la realida en exceso trayendo consigo consecuencias negativas como sentimientos de miseria, desconsuelo o impotencia, o bien, nos hacen sentir insuficientes y poco valiosos, llevanándonos a un estado personal de ansiedad, irascibilidad, inseguridad…
ESCRITURA AUTOCONSCIENTE O ESCRITURA CREATIVA PARA EL AUTOCONOCIMIENTO
La escritura nos sirve para conocernos mejor a nosotros mismos. A través de nuestros relatos y diálogos escritos abrimos una puerta a nuestro mundo interior en un viaje de autoobservación y autoconocimiento. Conseguir plasmar en el folio en blanco aquello que llevamos dentro nos ayuda a ordenar ideas, tomar decisiones, saber qué es lo realmente importante para uno en su vida, relativizar los problemas y encontrar nuestras propias respuestas y soluciones.
A través de ejercicios guiados, la escritura puede llevarte a:
- conocer el origen de tus emociones
- generar emociones sanas y eliminar las tóxicas
- conocerte mejor y saber qué es lo importante para ti realmente
- tomar decisiones orientadas a obtener los resultados deseados
- salir de situaciones de bloqueo
- encontrar posibles soluciones a diferentes conflictos y retos
- eliminar la ansiedad
- mejorar la autoestima
Las formas en las que se realiza este viaje interior a través de la escritura son variadas. Pueden ser a través de relatos, de diálogos entre personajes, escribiendo cartas, mediante listas, jugando con las palabras… en cada actividad descubrirás distintos aspectos de ti mismo y encontrarás respuestas que te aporten claridad y bienestar.
Si te gusta escribir, imaginar, crear, o simplemente, quieres poder realizar un viaje de autoconocimiento con una herramienta eficiente, entonces utiliza la escritura. No hay que ser un gran escritor, solo necesitas querer conocerte y crecer.
Irene Ruiz.
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¡Gracias por estar ahí! ¡Y enhorabuena por elegir el camino del crecimiento!
TÚ ERES TU MEJOR RECURSO ANTE LOS RETOS DE LA VIDA. Un abrazo! 🙂