El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional provocado por una autoexigencia mayor de la normal. Cuando estas situaciones se repiten y prolongan en el tiempo el estrés suele provocar trastornos mentales o físicos, desde estados de ánimo de tristeza o frustración a problemas de insomnio, malas digestiones, dolores de cabeza…

El estrés es la reacción del cuerpo a un desafío o demanda.  El cerebro emite una serie de hormonas al cuerpo con el fin de hacernos reaccionar y afrontar una situación determinada. Por ejemplo, nos hace pisar el freno del coche ante una persona que se cruza o nos permite cumplir con las fechas límite o prepararnos suficiente para afrontar un examen. En pequeñas dosis, el estrés es positivo ya que nos permite reaccionar ante los acontecimientos para superarlos.

El estrés es un sentimiento normal que todos sentimos en nuestra vida. El problema aparece con la duración del mismo.

Existen dos tipos de estrés:

  • El estrés agudo: es intenso y de corta duración. Es el que se siente cuando montamos en una montaña rusa o cuando nos apartamos de un perro que nos ladra. Todos sentimos este tipo de estrés en numerosas ocasiones a lo largo de nuestra vida.
  • El estrés crónico: es un estrés que se prolonga en el tiempo, por ejemplo si tengo problemas en el trabajo o con mi pareja, o problemas económicos, etc. Este tipo de estrés puede ser muy perjudicial para la salud ya que el organismo se encuentra en constante señal de alarma manteniéndose en una situación de desequilibrio que puede provocar daños neurofisiológicos. A este tipo de estrés prolongado podemos acostumbrarnos no siendo conscientes del mismo hasta que sentimos sus efectos negativos a través de trastornos de salud. Es importante aprender a identificarlo y gestionarlo.

 

CÓMO IDENTIFICAR EL ESTRÉS

El estrés se identifica por diversos efectos en nosotros tanto en nuestro cuerpo, como en nuestro estado de ánimo como cambios en la conducta. Observando estos efectos en nosotros podemos hacernos una idea de si sufrimos estrés:

Efectos comunes del estrés en el cuerpo

  • Dolor de cabeza
  • Tensión o dolor muscular
  • Dolor en el pecho
  • Fatiga
  • Cambios en el deseo sexual
  • Malestar estomacal
  • Problemas de sueño

Efectos comunes del estrés en el estado de ánimo

  • Ansiedad
  • Agitación
  • Falta de motivación o de concentración
  • Agobio
  • Irritabilidad o ira
  • Tristeza o depresión

Efectos comunes del estrés en el comportamiento

  • Comer en exceso o comer poco
  • Arranques de ira
  • Abuso de alcohol o de drogas
  • Consumo de tabaco
  • Retraimiento social
  • Hacer menos ejercicio

Es importante practicar la autoobservación para poder identificar estos efectos en uno mismo y poder remediar la situación a tiempo. La gestión emocional nos ayuda a controlar el estrés de diferentes formas, tanto a nivel físico, como mental y conductual.

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